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sábado, 25 de diciembre de 2010

EL TESORO DEL CERRO DEL ELEFANTE DE GUAYMAS SONORA





Exploración al Cerro Del Elefante
Guaymas Sonora 12 De Diciembre 2010
BITACORA DE EXPLORACIÓN


Salimos a explorar este cerro Llamado "El Cerro Del Elefante", por qué parece un elefante "echado", mi compañero Alberto Noriega y su Servidor, comenzamos a las 10:00 AM, llegando a espaldas de un negocio dejando el carro y comenzamos a subir dicho Cerro, en la parte media de este cerro hay una cuervas medianas ahí procedimos a meter el detector y no nos marco nada, en ese lugar encontramos una placa de un carro del año 1946, cuando llevaba el detector en mi espalda cosa curiosa sentí como si dieran dos palmadas al disco del detector y se me hizo raro, por qué el compañero estaba un poco arriba y no pudo a ver sido él, no sentí miedo se me hizo raro este suceso y no le comente nada a mi compañero y así seguimos ascendiendo al cerro al cual estaba muy escabrosa subimos checando con el aparato detector pero no áyanos nada otra cosa curiosa siempre qué pasaba por ese Cerro sentía una energía parecida a la adrenalina, algunas personas me comentan qué ala mejor serian los espíritus de ese lugar qué me están llamando, solo Dios sabe. Y al fin llegamos a la cina del Cerro sintiendo el gusto y la alegría de el haber llegado hasta la cima de dicho Cerro y me puse a a abrir mi biblia y a rezar una oración y dando Gracias a Dios.

La Historia del Cerro Del Elefante comienza así, está escrita por el maestro Juan Ramírez Cisneros, donde viene publicado en su libro "Sucedió en Sonora".


EL TESORO DEL CERRO DEL ELEFANTE

El Cerro Del Elefante es uno de los más particulares y majestuosos de todos los qué nos rodea en la Bahía de Guaymas.
Su Nombre no podía estar mejor aplicado. Diríase qué, en efecto, ahí junto al campo del Tiro Del Club Guaymense, un enorme paquidermo quedo convertido por extraño sortilegio, en impresionante mole de pierda.
Asegura la tradición oral Guaymense qué en el último tercio del siglo pasado sentó ahí sus reales una numerosa aguerrida cuadrilla de salteadores de camino, cuyo jefe era un individuo no menos bravo y audaz a quien llamaban "El Gabilondo". Este era querido y respetado por sus hombres pese a ser cruel y desconfiado en extremo, más que nada porque siempre había conducido a la partida con tal fortuna que no fallaban golpe alguno, e incluso se habían enfrentado en varias ocasiones ala triste Celebre acordada, haciéndole morder el parvo. A tal grado era desconfiado "El Gabilondo" qué nunca comía alimento alguno qué no fuera preparado por el mismo, por el obvio temor a ser enyerbado. En el Elefante habitaba en una pequeña cueva muy alejada de la otra grande donde se asentaban todos sus hombres a los qué solo visitaba una vez al día muy de madrugada para no volverlos a ver hasta el siguiente. Aún más en sus delictuosas correrías, aquel bandido jamás cabalgaba junto a su gente si no retirado de ella a vanguardia o retaguardia del grupo.
Esta precaución extrema, irónicamente, le causaría como le veremos la muerte.
Aquél conjunto delictuoso tenían pactado el siguiente compromiso (Trabajarían) por el tiempo suficiente para acumular una riqueza cuantiosa, luego viajarían al Rancho los Nogales, en la frontera donde harían la repartición y se desbandarían. El grave trato no escrito entre bandidos y por lo tanto inviolable, incluía la clausula qué nombraba tesorero único al propio "Gabilondo". Esté acumularía el considerable producto de sus depredaciones en un lugar qué el solo conocería y qué revelaría hasta el momento mismo de emprender la ultima cabalgata pactada.
El "Gabilondo" por supuesto ocupaba un sitio estelar en la lista de pendientes de las fuerzas depresivas de la Farria Dictadura Porfirista.
Se agrega qué ya estando muy próxima en día de disolver aquélla singular sociedad el jefe discutió muy agriamente con uno de sus hombres a tal grado qué el insubordinado se aparto en definitiva de la compañía. Aquella trásfuga terminó por repetir la vieja y reprobable acción de Escáriote.
Se presento a las autoridades y les prometió entregarles al "Gabilondo" a cambio de $500.00 pesos.
Aclaro qué esos $500.00 pesos de aquellos pesos nuestros qué circulaban libremente en loa Estados Unidos y en medio mundo más, luciendo orgullosos sus águila de frente y sus considerables leyes de Oro y Plata.
Pues bien el traedor llevo a los rurales hasta el propio reductor de sus ex compañeros con tan buena fortuna qué llegaron cuando la partida no estaba en su campo. Es de creerse qué andaban en una de sus correrías. Esto dio oportunidad a los de la ley de emboscarse siguiendo las convenientes indicaciones del Judas y esperaron. Apoco regresaron los bandidos y para su mala surte el "Gabilondo" fiel a su costumbre cabalgaba aquel desgraciado día ala vanguardia. La cerrada balacera advirtió a lo grueso de la partida qué algo andaba chueco. Un hombre decidido dio espuelas a su caballo y subió con precaución a una pequeña loma el cuadro qué vio le hiso suspirar con tristeza. El jefe herido ya de muerte a duras penas se mantenía asido a dos manos de la cabeza de la cilla. Su caballo más por la fuerza de la costumbre qué por la rienda se dirigió al sitio hasta la cueva de su amo y se detuvo de alguna manera el bandido se apio y tambaleante llego a una piedra y se recargo pesadamente en la piedra.
Los de la acordada como el hermoso corrido llegaron tendiéndole el sable, pero el hombre ya no pudo defenderse. Rápidamente lo condujeron a Guaymas sin embargo se les murió en el camino. La gente del "Gabilondo" por supuesto se alejo fue del lugar violentamente pues en el sitio estaba como dijera la chabalada de ahora infestada de chivas. Cuando renació la calma regresaron a buscar y rebuscar el desconocido deposito de las cuantiosas riquezas malabidas, pero nunca dieron con el convencidos al fin de la inutilidad de sus esfuerzos cada quien tomo su propio camino maldiciendo la mala suerte y también la exagerada desconfianza de su inolvidable capitán.

CREO YO AMIGO LECTOR qué algún día esos hombres decidido a los qué la gente llama locos por buscar afanosamente por lo qué no han perdido van a correr con mejor fortuna que los muchachos del "Gabilondo" ¡Eso que ni qué!

(ESE LOCO SOY YO UNO DE TANTOS BUSCADORES DE TESORO Y LO VOY A ENCONTRAR CON LA BENDICIÓN DE DIOS ALGUN DIA).

Esta narración fue escrita por mi hija Elizabeth Pérez.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Historia antigua de San José de Guaymas


Antes de la llegada de los españoles a Sonora, la región que fue conocida como San Joseph de Guaymas era visitada por indígenas pimas bajos y por las bandas de los guaimas y los jupamguaimas que eran cazadores recolectores de la misma raza que los concaac o seris. Seguramente iban a buscar alimentos como almejas, ostiones, pescado y animales de cacería.






Juan María de Salvatierra




Marqués José de Gálvez



El año de 1701 se estableció la misión de San José de la Laguna por el misionero jesuita Juan María de Salvatierra quien en 1697 había fundado la misión de Loreto en Baja California y necesitaba una base para enviar sustentos desde Sonora a la península. Esta misión se encontraba a unos dos kilómetros al este del actual poblado, en las cercanías de una pequeña laguna que se formaba con las aguas de lluvia.



La misión se fundó a finales de abril o principios de mayo de 1701 y el padre Salvatierra regresó a Loreto pero dejó encargado de ella al también jesuita Manuel Díaz quien se encargó de instruir en el cristianismo a los nativos que acudían al lugar. Para 1704 se encontraba al frente de la misión el padre Francisco María Piccolo y se habían construido corrales para el ganado, se había mejorado el edificio que servía de iglesia y vivían en la región alrededor de 500 indígenas, la mayoría de los cuales eran pimas. El 2 de abril de ese año de 1704, la misión recibió la visita del padre Eusebio Francisco Kino quien desde su misión de Dolores en la Pimería Alta, condujo un hato de ganado para las misiones de la (Baja) California. Kino se sorprendió mucho al ver que el ganado se podía cargar desde los corrales directamente a los barcos. Así lo asienta en su libro “Favores Celestiales” con lo cual se demuestra que los barcos entraban a San José en esa época.



A pesar de ser de la misma raza, los seris eran enemigos de los guaimas y en varias ocasiones atacaron la misión, destruyendo la iglesia. Los jesuitas la reconstruían una y otra vez y así fue pasando el tiempo. Luego de una gran rebelión de los seris y un nuevo ataque a San José en 1759, sus moradores decidieron abandonar el pueblo y fueron a refugiarse en Belén, uno de los pueblos yaquis. En este lugar, los últimos guaimas se fueron mezclando con yaquis y pimas y desaparecieron como grupo étnico pero permaneció su nombre en el de San José de Guaymas y el de San Fernando de Guaymas (en donde se encuentra la actual población llamada Heroica Guaymas de Zaragoza).

De esa época data uno de los más antiguos mapas que existen de este poblado, elaborado en 1750 a 1760 aproximadamente. En dicho mapa aparece con el nombre de S. Joseph de Guaimas, hacia el norte aparece el nombre Opan Guaimas y se puede apreciar que a lo que hoy es la ciudad de Guaymas se le nombra Puerto de San Xavier.







Mapa que aparece en el libro “Rudo Ensayo” del jesuita Juan Nentwig.





En vista de la rebelión pima de 1751 y los constantes ataques de los seris, el gobierno virreinal de la Nueva España hizo preparativos para solucionar estos problemas. Se ordenó que viniera una gran expedición militar a combatir a los indígenas alzados la cual se llamó “Expedición Sonora” que constaba de varios cientos de soldados los cuales se iban a combinar con las tropas presidiales del norte del estado para atacar a los indígenas en sus reductos del Cerro Prieto. Para recibir a la Expedición Sonora se construyó un cuartel con las características de un fuerte en San José de Guaymas. Esto ocurría en los años de 1767 y 1768. El cuartel lo edificó un grupo de soldados del presidio de San Carlos de Buenavista al mando del capitán Lorenzo Cancio. Era un edificio cuadrado de adobe con cuatro torreones en las esquinas, situado en el llano cercano al estero.



De repente, llegaron unas órdenes secretas desde España. El rey Carlos III, por medio de un decreto, expulsaba a todos los jesuitas de sus posesiones en América. Los soldados capturaron a 50 de ellos en Sonora y Sinaloa y los concentraron en el cuartel que se estaba construyendo en San José de Guaymas para desde ahí enviarlos por barco hacia el centro del país y posteriormente a Europa. Los misioneros, muchos de ellos ancianos o enfermos, sufrieron muchas penalidades en ese lugar pues su cautiverio se prolongó por muchos meses. Finalmente fueron enviados por mar a Nayarit cuando se tuvo noticia de que la Expedición Sonora al mando del coronel Domingo Elizondo estaba por llegar.

Se dispuso el ataque a los indígenas de tal manera que los militares de Elizondo atacarían el Cerro Prieto por el sur y los soldados presidiales por el norte. Sin embargo, los seris y pimas, grandes conocedores del terreno no pudieron ser capturados. La expedición fue un fracaso aunque se logró que disminuyeran las correrías de los indígenas.



Entre los soldados que venían en esa expedición estaba una compañía de catalanes que llegaron directamente de España. Se les envió a Sonora y también a California, que en ese entonces formaba parte de la Nueva España.



Uno de los catalanes que vinieron en esa ocasión era el señor Juan Pujol y Masmitja, sargento de la compañía de voluntarios catalanes a quien mucho le gustó San José de Guaymas a tal grado que solicitó permiso al rey para traer familias catalanas para la población de tierras y prospectar minas. Obtenido dicho permiso, tiempo después trajo a un grupo de catalanes que llegaron a San José en agosto de 1779, formaron una colonia y se establecieron en El Cochori. Aún quedan ahí unas ruinas en el lugar de lo que fue la colonia catalana. En esta región todavía quedan descendientes de este primer Pujol que vivió aquí.



Desde hacía ya algún tiempo se había pensado que era necesario hacer una reforma fiscal, militar y administrativa en las provincias del norte de la Nueva España para que fueran más eficientes en el cobro de los impuestos y le costaran menos dinero al erario virreinal. Con ese propósito vino a lo que se llamó las Provincias Internas el marqués José de Gálvez, ministro plenipotenciario del rey de España, con poderes para tomar decisiones y reformar la administración pública.



Fue así como, el 31 de agosto de 1769, Gálvez emitió un decreto desde el Real de Los Alamos para la fundación oficial del puerto de Guaymas. Este decreto se refiere obviamente a San José de Guaymas pues en aquellos años era el asentamiento que existía y en el propio decreto se aclara que se construyan casas y se repartan solares en el lugar en el que “se haya establecido uno de los cuarteles de la Expedición de Sonora”. José de Galvez nunca estuvo en San José de Guaymas pues designó para esa misión al cadete Soto Ponce de León, del Regimiento que se encontraba en el cuartel. Desde esa fecha empezó de nuevo el asentamiento de colonos quienes recibieron solares, tierras de cultivo, exenciones de impuestos y otras facilidades para que se estableciera una población permanente. Llegaron algunos españoles pero la mayoría de los habitantes eran mestizos e indígenas, sin embargo el número de estos primeros pobladores era bastante reducido. En el año de 1828, se reporta que en San José de Guaymas vivían 90 familias.



Para 1790 el edificio del cuartel estaba en ruinas. Los pocos habitantes del pueblo se dedicaban a la agricultura y había algo de comercio por medio del puerto. Para entonces las operaciones se llevaban a cabo en lo que hoy es Guaymas pues se necesitaba un puerto con mayor profundidad para recibir barcos más grandes que ya no podían entrar a San José. Existían en esa villa autoridades de la Aduana que viajaban a San Fernando de Guaymas cuando llegaba algún barco.



Poco a poco fue adquiriendo importancia la villa de San Fernando de Guaymas mientras la perdía San José. Al venir la independencia aumentó el tráfico marítimo y la Aduana se trasladó a San Fernando en 1823, pero ambas comunidades eran consideradas como una sola. Fue así como el 14 de abril de 1825, el Congreso Constituyente del estado de Occidente decretó la creación del municipio de San José y San Fernando de Guaymas.

Durante algunos años todavía fue San José la población más importante pero poco a poco, al crecer en importancia los comercios en la Villa de San Fernando, el pueblo fue quedando reducido a una comunidad agropecuaria en donde se establecieron ranchos y haciendas. Algunos de los propietarios de tierras fueron las familias Robinson, Carpena, Parodi, Espriú, Uruchurtu, etc… Para finales del siglo XIX existían las haciendas de El Pardo de la familia Martínez, Laurita de los sucesores de Robinson y Aranjuez de don Agustín Bustamante además de las haciendas de don Juan N. Bringas. Se exportaba naranja y tomate a los Estados Unidos por medio de carros refrigerados del ferrocarril.



En San José y sus alrededores se dieron algunos hechos históricos dignos de mención como por ejemplo la capitulación o rendición del conde Gastón de Raousset Boulbon en 1852 ante las tropas del general Blanco. Los franceses a cuyo mando estaba el conde, acababan de tomar a sangre y fuego la población de Hermosillo y esperaban que los sonorenses los apoyaran en sus planes de apoderarse del estado. Al no obtener ningún apoyo se dirigieron hacia Guaymas pero al verse rodeados por las tropas del general Blanco y ante la disentería que atacó gravemente al conde, optaron por rendirse. Esto sucedió casi dos años antes de la batalla del 13 de julio de 1854.



También es interesante lo que sucedió en 1865 durante la Intervención Francesa y el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, luego de que a finales de marzo de ese año, las tropas francesas al mando del general Castagny atacaron el puerto de Guaymas y los soldados republicanos comandados por el general Ignacio Pesqueira y el general Patoni tuvieron que retirarse hasta un paraje conocido como el valle de La Pasión, al norte de San José de Guaymas. En ese lugar se dio uno de los episodios más extraños de la confrontación entre franceses y mexicanos.



En efecto, en mayo de 1865, una partida de tan solo cincuenta jinetes franceses al mando del coronel Teódulo Garnier atacó sorpresivamente el campamento mexicano en el que había mas de mil soldados republicanos, sembrando el desconcierto y hasta el pánico entre esas tropas sonorenses que iniciaron una vergonzosa desbandada. A esta acción se le conoce en la historia de nuestro estado como “El Desastre de La Pasión”



En San José nació quien llegaría a ser Gobernador del Estado (1943-1948) y Presidente de la República (1932-1934), el general Abelardo Rodríguez Luján quien fue conocido como Abelardo L. Rodríguez. Este distinguido sonorense fue un destacado militar, un empresario muy exitoso y un político importante pero quizá su cualidad más importante fue que estableció una Fundación llamada “Esposos Rodríguez” que se dedicó a la filantropía para promover la educación y otras actividades altruistas. Esta Fundación todavía existe en la ciudad de Hermosillo.



La buena situación de las empresas agrícolas prevaleció hasta los tiempos de la Revolución Mexicana que vino a trastornar el orden establecido. A partir de entonces se dio un declive en la actividad agrícola, el pueblo de San José fue atacado en varias ocasiones por grupos de yaquis alzados que causaron no pocas muertes entre los vecinos, especialmente entre los chinos que vivían en el pueblo dedicados al comercio y a la horticultura. Parece ser que los yaquis sentían una fuerte antipatía hacia estos orientales.



Para mediados del siglo XX se empezó a notar que los pozos se estaban salando y era cada vez más difícil la producción. Los ejidos que se formaron se sostenían a base de la pequeña ganadería y un poco de agricultura pero sin llegar a los niveles que en un día se alcanzaron en San José. Se establecieron varias granjas avícolas pequeñas que poco a poco fueron desapareciendo. La población aumentó en las últimas décadas y el progreso ha llegado aunque lentamente a esta comunidad que fue la precursora de Guaymas.


En la actualidad se observa una transformación de San José. Sus habitantes han diversificado sus actividades, existen mejores posibilidades de obtener una educación, las comunicaciones han mejorado y se puede esperar que el progreso llegue a este bonito y pintoresco rincón de nuestro estado.

domingo, 19 de diciembre de 2010

TESORO EN LA HACIENDA SAN ALEJANDRO (EMPALME)

Está Historia me la paso el Sr. Oscar Kagasaki ya que es aficionado a las historias de tesoros mismo que me paso esta información de un tesoro en este lugar, al cual agradezco.
Pongo las fotos del lugar y videos.
De la Hacienda se dice que fueron los que franceses los qué hicieron el pozo y que en la revolución ahí acampaba el Gral. Obregón.
El día que fuimos, un buscador de Yuma hizo unas mediciones con el sistema de sensores eléctricos (no sé cómo se llama la técnica) y fue el que determino que en uno de los túneles hay oro. No se metieron al túnel pero si bajaron al fondo del pozo, dicen que se ven 4 entradas de los túneles. Como llegamos nosotros el amigo de Yuma se retiro.
El nombre del dueño y la edad de la hacienda te los debo, aún no tengo esa información. Y te debo una disculpa, no es hacienda San Agustín, es San Alejandro. Te anexo la foto de Google con las coordenadas.
"Ya entre a tu pagina y te felicito, tiene un buen diseño, solo falta enriquecerla con información."
El General Álvaro Obregón llega a está Hacienda para ponerse de acuerdo en las estrategias para los combates. Llega el 15 De Mayo de 1913.
A continuación se mostrarán algunas fotos de la Hacienda San Alejandro.
La construcción de piedra está arriba de un cerro y abajo pasa un arroyo y en una orilla esta la noria de la foto, tiene 15 mts de profundidad con 4 túneles al fondo, en uno de los túneles es donde se dice que hay "algo".
En la primer foto, arriba del cielo se mira una cosa rara, no pudimos identificarla ya qué cuando la acercamos pará verla más cerca se mira muy distorsionada ¿Qué podrá ser?























Dejen su opinión

jueves, 16 de diciembre de 2010

MI PENDULO Y MI DETECTOR




Este es mi nuevo péndulo de madera, esté péndulo al estar haciéndolo se estuvo formando de esa manera, con el puedo hacerle preguntas y buscar Oro y Plata, en planos, croquis y fotos.
Aún qué Usted no lo crea.
El huso del Péndulo viene de la Ciencia de la Radiestesia. Además cuento con un péndulo de Mercurio qué detecta Oro a cierta distancia, ya hice pruebas con él, solo hace falta pruebas al aire libre o dónde digan qué hay tesoros, ya qué tiene un Radio de alcaze de 20 mts.

En la Foto de arriba estoy con mi nuevo detector de Metales Marca "Bounty Hunter LANDSTAR" mismo qué me obsequio mi amiga Silvia Elenes, aquí en agradezco de corazón su generoso gesto de avermelo obsequiado, a lo cual también le dedico está pagina con cariño ya qué a ella también le gusta buscar tesoros y qué Dios la bendiga con un tesoro. (Mochis).

EXPLORANDO CERRO ESTRELLA




Andando en el cerro estrella ese cerro qué se encuentra dónde esa hoy en día "Marsella", dónde se encuentra en ese cerro infinidad de Trincheras las cuales sirvieron para defensa de las batallas de aquellos tiempos, se encuentran aproximadamente unas 300 en buen estado.
Fuimos mi compañero Domingo Del Toro Federico y su Servidos Víctor Hugo., ya bajando del cerro mi compañero Domingo estuvo apunto de pisar esta víbora de Cascabel que estaba enrolladla en el camino "dormida" dónde mi compañero la iba a pisar al momento de caminar por suerte se dio cuenta qué se encontraba ahí, y ya nos enfocamos a matatar a esta víbora ya qué es de las mas venenosas en este lugar.
Lo qué descubrimos en la exploración, encontramos muchas balas enteras, casquillos, de aquellos tiempos, de esa batalla, además nos pego un susto un tigrillo qué se encontraba en una cueva ya qué salió corriendo al verlo y nos asuntamos, y después proseguimos con la exploración.
En estas trincheras nos dimos cuenta qué ha visitado mucha gente y qué a su paso a dejado mucha basura y no se la llevan, así mismo esas personas quitan las piedras de las trincheras, les pedimos de favor a las personas qué suben no las muevan, no les quiten nada, por qué son un símbolo nacional de la Defensa de Guaymas.

PROSPECTEANDO EN MIRAMAR DONDE ANTES ERA LA ERRADURA





Nos pusimos a buscar en este lugar mi hija y yo, en dos horas sacamos varias monedas, casi la mayoría eran monedas nuevas, quedamos en volver después para seguir buscando.
En la foto de arriba se muestran las fotos qué sacamos.

TONY PROSPECTEANDO EN UN ALMAGRE




Aquí el compañero Tony (Buscador De Tesoros) estuvo checando con este aparato en una cueva de una de las Islas de las playitas no nos marco nada, está es una más de las experiencias de la Búsqueda de Tesoros.

La foto de arriba es una vista de la Isla alfrente de la Ciudad.

FANTASMA EN CARPINTERIA SERCA DE LA INFRA



La historia comienza así., vino don Mundo un amigo qué es buscador de tesoros del grupo de nosotros, me comenta qué conoció un amigo qué es carpintero y vive de la vieja infra, y le comento qué él es carpintero y tiene un local dondé el trabaja y hace sus trabajos estando trabajando después de la media noche sintió qué le pégaron arriba del hombro una palma de una mano, luego donde tenía la cartera otra palmada bástate fuertes, el de inmediato volteo y miro una sombra qué se desaparecía en ciertos lugares de la carpintería en varias ocasiones su hijo también lo miro está persona qué se desaparecía en el mismo lugar, fuimos a checar con el péndulo y nos marco Oro péro también nos marco huesos a un metro y medio de profundidad en esta foto se aprecia al Sr. Mundo con el péndulo dónde jiraba bastante fuerte, quedamos en volver para checar con un aparato con más profundidad.

Quedando pendiente está Investigación.